Tres formas sencillas de evitar las bolsas de basura de plástico

2021-10-22 03:21:26 By : Ms. Jane wu

Celia, socia y lectora de eldiario.es, nos escribe el siguiente texto: “Leí hace unos meses un informe de la empresa de biotecnología 5gyres.org en el que se dice que en 2014 había 270.000 toneladas de residuos industriales en los océanos , de los cuales el 70% fueron plásticos flotantes, a veces en áreas más grandes que muchos países. También dijeron que si seguimos a este ritmo, en 2025 produciremos 2,2 millones de toneladas de basura en todo el mundo.

Me impactó sinceramente y desde ese día mi familia y yo intentamos no usar solo plásticos en nuestro día a día, y sobre todo usar envases de papel cuando vamos al supermercado, a la carnicería, a la frutería o incluso a la pescadería, donde está. más complicado por los jugos. de los peces que no te dan el plástico de turno.

La verdad es que estamos reduciendo mucho los niveles de uso de plásticos y estamos muy orgullosos, pero el tema de los residuos orgánicos aún se nos resiste, ya que vivimos en un piso y no podemos compostar, así que tenemos que tirar la basura, y para la materia orgánica no hay otra solución. Leí tu tema el otro día sobre bolsas de basura ecológicas y me pareció interesante, pero insuficiente. Bueno, después del rollo, surge la pregunta: ¿hay alguna manera de hacer bolsas de basura resistentes que no usen plástico? "

En respuesta a Celia, hemos buscado en algunos de los principales blogs de reciclaje propuestas interesantes al respecto y hemos seleccionado tres, uno basado en papel, otro en bolsas de tela y un tercero en bolsas plásticas reutilizables.

La propuesta es de la bloguera y activista Linsday Miles y aparece en su blog Treading my own path (pasos hacia una forma de vida sostenible). Miles, cuyos consejos han aparecido en muchos medios y que incluso ha protagonizado charlas TED, propone ante todo una regla básica. Se trata de no utilizar grandes contenedores domésticos para los residuos orgánicos sino otros más pequeños, de forma que tiramos los residuos, correctamente reciclados, todos los días. Luego, Miles propone usar, por ejemplo, una papelera de oficina o una maceta de tamaño mediano.

Cubriremos su superficie con papel de periódico en diferentes capas, a modo de cebolla hasta que esté lo suficientemente espesa como para absorber la humedad de los jugos residuales. Dejaremos que las capas de papel desborden la altura de la canasta, pero formando en su interior un molde del mismo en papel; Allí tiraremos los restos, y cuando consideremos que la canasta está llena, doblaremos la parte del papel desbordado retorciéndolo sobre sí mismo como si estuviéramos envolviendo un caramelo.

De esta forma, el paquete quedará perfectamente cerrado con los residuos en su interior y será apto para ser arrojado al contenedor de residuos orgánicos sin añadir plástico adicional, ya que el papel es biodegradable. Los autores del blog Vivir sin plástico suman a este sistema una mejora al proponer que las capas se hagan con papel de los anuncios que nos dejan en los buzones, que suele ser de mayor calidad y más resistente a la humedad.

En nuestro artículo, que menciona Celia, sobre las alternativas a la bolsa de basura no degradable, ya comentamos la existencia de bolsas de tela como alternativa a los residuos orgánicos, ya que se pueden lavar para quitar las manchas. Sin embargo, tienen el problema de que la humedad puede penetrarlos y los ácidos de los restos pueden degradar el tejido, haciéndolo menos duradero, acumulando olores o dándole un aspecto desagradable.

Además, no es muy respetuoso con el medio ambiente tener que lavar bolsas de tela a diario desde el punto de vista del coste del agua y la luz. Sin embargo, desde Fundación Basura de Chile proponen un sistema de sacos de lino o algodón que se pueden colocar en la canasta y luego forrar por dentro con capas de papel de periódico para absorber la humedad.

No es necesario ser tan cuidadoso como con el sistema Miles, sino asegurarse de que el papel cubra toda la superficie. Luego llevaremos la bolsa al contenedor y tiraremos los restos junto con el papel, que nos quitará las manchas y olores. Una vez que la bolsa se siente gastada, podemos tirarla sin problemas en el contenedor, aunque no en el contenedor de compostaje, ya que su degradación no es rápida.

Una tercera alternativa pasa por el uso de plástico, pero alargando su ciclo de vida tanto como queramos, para que en años podamos utilizar una sola bolsa y siempre la misma, y ​​nos aseguramos de que no acabe en el vertedero. Las típicas bolsas de rafia que vendemos en las tiendas pueden ser útiles, ya que son muy gruesas, impermeabilizadas y resistentes.

Para evitar la humedad y los malos olores, podemos bien lavarlos después de cada uso -después de haber tirado los restos orgánicos- o cubrirlos antes de usarlos con una capa o dos de papel periódico o publicitario que absorba los líquidos. Otra ventaja es que al ser más o menos rígidas, se pueden utilizar sin necesidad de tener una papelera en el cajón.

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